El pasado jueves 6 de abril y tras un largo parón debido a las bajas por lesión de Claudia, Joan, Fabri y Eric de su racha de partidos en competición, los Zorros se volvieron a reunir, una vez más, para volver al ruedo en semana santa.

Por primera vez en la temporada, los nuestros lucirían la equipación de visitante en honor al primer partido que jugarían fuera de casa que, por desgracia, jugarían divididos en los siguientes campos por diversas circunstancias: en Tropical Stadium, El municipal Seven y en Costa Breve Court.

El calentamiento ya nos dejó destellos de calidad en David “Crafian” Argente, y en David “Flavaz” Farré (este último estrenándose como jugador oficial tras dejar su puesto de entrenador por motivos extradeportivos), dando gala de su calidad con unos sobresalientes disparos a portería, pero supieron guardarse la magia para el partido.  

El partido comenzó con dificultades para los Zorros; demasiada presión en salida que surtía efecto para los locales, que consiguieron marcar un gol tempranero en la portería defendida por nuestro portero titular, Cesar “Barajo” Crespo. Pese a no haber comenzado con mucha lucidez (como ya se pudo ver en los últimos partidos jugados en Razzmatazz Stadium, donde la afición zorril castigó a los suyos con fuertes abucheos), los Zorros supieron reaccionar con un cambio de chip que sorprendió a extraños y conocidos, combinando rápidamente para culminar una preciosa jugada con un testarazo a título de nuestro “killer” de la noche, Flavaz, que agujereó las redes del conjunto local y que puso en pie a toda la afición que se movilizó para animar a los suyos.

El partido siguió su cauce con pocas sorpresas, hasta que Sergio García, entrenador de los Zorros de la noche, sacó la carta “chupito” para los jugadores que salieron a lucir su juego en el municipal Seven, hecho que provocó que Eric “el socio” López consiguiera librar a sus oponentes para marcar el doblete más rápido de la historia de los Zorros, con dos potentes disparos que arrancaron las telarañas de la portería rival y pusieron el 1-3 en el marcador a pocos minutos del final de la primera parte. Se dice se escucharon gritos de sorpresa y euforia celebrando el gol provenientes de Galicia.

Tras una primera parte de infarto, los Zorros salieron al campo con ganas de aplastar al rival y hundirlo por completo, por lo que Crafian decidió coger el brazalete de capitán y vestirse de “Messi” para, con una sorprendente habilidad que pocas veces hemos podido ver en el desde que nacieron las crónicas de La Zorrería, acabar con todas las esperanzas de remontada que habían vertidas sobre el conjunto local, así pues metiendo un golazo sorteando a todos los rivales que se interpusieron en su camino como si se tratase la jugada de Diego Armando Maradona contra Inglaterra en los cuartos de final del mundial de 1986 (“¿CÓMO HA HECHO ESO? ¡QUÉ BARBARIDAD!”, se escuchaba entre los gritos de los aficionados de los Zorros), así poniendo un 1-4 casi definitorio a favor de los visitantes.

El partido bajó de ritmo, con un dominio aplastante por parte del conjunto zorril, hasta oír el pitido final del partido. Pero todo el mundo quedó perplejo porque nuestro árbitro Joan “el Conejo Malo” Bonell avisó desde la sala VOR (en Costa Breve Court) al árbitro de campo para que revisara el VAR en referencia a un posible penalti en una de las últimas jugadas del partido que terminó cobrando a favor de los Zorros, y que cedieron al capitán Crafian para que tuviera la posibilidad de firmar su doblete, y no perdonó desde los 11 metros, marcando el penalti “a lo Panenka” y poniéndole un broche de oro al partido más loco de los últimos relatados en vuestro diario de confianza.

Con esto concluimos la crónica de hoy, el partido con el que los hombres recuperaron la fe y los niños volvieron a sonreír disfrutando de los suyos, el día en el que los zorros volvieron a creer y que, debido a las fechas que rodearon el encuentro, podríamos bautizar como “Jueves de resurrección”.